10 de septiembre de 2012

Vaginismo


Para clarificar un poco el concepto, el vaginismo se define como la contracción involuntaria, de manera recurrente o persistente, de los músculos perineales del tercio extremo de la vagina, frente a la introducción del pene, los dedos, los tampones o los espéculos. Esta alteración provoca malestar acusado o dificultades en las relaciones interpersonales y no se explica por la presencia de una enfermedad médica. En algunas mujeres la sola idea de penetración vaginal puede producir un espasmo muscular. (DSM IV)


En relación a las causas psicológicas: el vaginismo se da con la presencia de miedo, cuando la mujer teme la penetración, pudiendo ser las causas conscientes o no. Es un sistema defensivo no siempre fácil de controlar por ella misma. Puede ser producto de un temor irracional, ser la consecuencia de una educación estricta, represiva, culpógena (muy frecuente en una sociedad como la nuestra), miedo inconsciente al embarazo, traumas infantiles de carácter sexual, mal manejo de la agresión, temor a perder el control, temor a ser controlada por un hombre, por la inexperiencia como amante que puede ser muy ansiógena, etc. En relación a esto último creo necesario recordarles que nadie nace sabiendo y con cada pareja es un nuevo aprendizaje.


Las principales causas orgánicas son: La existencia de alguna cicatriz en la entrada de la vagina como consecuencia de un parto traumático, un aborto, una violación, insuficiencia hormonal originada por falta de estrógenos, como en la menopausia. Una infección, causada en la mayoría de sus veces por alguna enfermedad de transmisión sexual y que hace que la vagina se inflame hasta el punto de que el contacto sexual resulte imposible. El uso de desodorantes íntimos irritantes, por eso, es importante señalar, que el lavado de los genitales externos con agua y jabón, es el mejor tipo de higiene. Alergia al caucho del diafrágma o del preservativo. Una manipulación brusca del clítoris durante los juegos preliminares. Una masturbación brusca con un vibrador. La existencia de algún tumor. También se han dado casos muy raros en los existe alguna anomalía congénita de la vagina que impide la penetración.



Es importante destacar que este tipo de disfunción tiene solución. Existen múltiples tratamientos para ello. El primer paso es psicoeducar a la mujer: que reciba información sobre qué es y por qué ocurre, que explore y conozca la anatomía y fisiología de sus genitales y los de su compañero y comprenda que ambos se pueden adaptar sin problema.


En caso de que con la información y creación del elemento consciente, el problema persista, el mismo Terapeuta Sexual evaluará el caso y establecerá el tratamiento más adecuado.



Rodrigo Jarpa, Sexólogo, www.habladesexo.com









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